Los dolores dentales tienen muchas causas, desde una enfermedad de las encías, hasta el apretamiento mandibular, pero la sensibilidad de la raíz del diente también puede ocasionar dolor dental.
La raíz dental abarca las dos terceras partes inferiores del diente y normalmente se encuentra enterrada en el hueso de la mandíbula. Cuando se desarrolla una enfermedad de las encías, las bacterias que ocasionan la enfermedad también pueden disolver el hueso alrededor de la raíz del diente. La combinación de hueso disuelto y encías retraídas puede hacer que quede expuesta una mayor parte de la raíz y sin la protección de unas encías sanas y un hueso saludable, la raíz usualmente se vuelve sensible al calor, al frío y a los alimentos ácidos. En algunos casos la sensibilidad es tan aguda que el paciente suele evitar los alimentos calientes, fríos o ácidos.
Si la exposición de la raíz no es tan severa, pruebe una crema dental especial formulada para dientes sensibles, que contiene flúor y otros minerales. El flúor y los minerales ayudan a fortalecer la raíz expuesta y a reducir la sensibilidad.
La mejor manera de tratar la sensibilidad de la raíz y prevenir la enfermedad de las encías es seguir un programa de cuidado bucal de cepillado dos veces al día y uso diario del hilo dental. Pruebe un cepillo dental con cerdas suaves para evitar la irritación de sus encías, porque puede incrementar el riesgo de exposición y sensibilidad de la raíz.