Muchas personas les consultan a sus dentistas si existe alguna diferencia entre la placa y el sarro. Ambos son problemas dentales muy comunes. Si se acumula mucha placa, se pueden generar caries y enfermedad periodontal. El sarro es el resultado de la placa ya calcificada. Si manejas la información correcta al respecto, sabrás cómo cuidar mejor tus dientes.
La placa dental.
La placa dental es una capa de bacterias incolora y pegajosa que se adhiere de forma natural a la superficie del diente, especialmente a lo largo de la línea gingival. Esto ocurre de 4 a 12 horas después del cepillado dental. El azúcar en las bebidas y los alimentos se une a la placa bacteriana, esto produce ácidos que atacan el esmalte dental y lo rompen, lo cual puede generar caries. La placa bacteriana también favorece las enfermedades periodontales como la gingivitis. El cepillado y el uso del hilo dental periódicamente son tus mejores armas en la lucha en contra de la placa dental. Si no se remueve diariamente, la placa se acumulará, se endurecerá y se formará el sarro.
Sarro: La dura realidad.
El sarro es algo complejo; es la acumulación de una sustancia calcificada que puede manchar o incluso decolorar los dientes. El sarro se forma cuando la placa residual que está en la superficie de los dientes reacciona con los minerales de tu saliva. Sólo puede ser removido por un dentista; sin embargo puedes prevenir que aparezca si te cepillas correctamente con un cepillo de dientes Oral-B.